El foro de Torreparedones
Actualmente el nombre real de la ciudad romana nos es desconocido, aunque ha sido identificada por algunos investigadores como Ituci Virtus Iulia, otros la han vinculado con Bora, siendo ambas localidades descritas por Plinio el Viejo. Lo indudable es que tuvo una gran importancia, los restos que han aparecido y los que sabemos que existen así lo demuestran. Se ha hallado mediante geolocalización el anfiteatro, pero aún no ha sido excavado. Se encuentra al sur, extramuros de la ciudad, en la zona baja, y es muy posible que la ladera se aprovechase en su construcción. Ya hemos escrito un pequeño artículo sobre el santuario ibero-romano. Las termas principales están en la actualidad con trabajos de restauración. En las proximidades del foro se han consolidado los restos del macellum, el mercado de la ciudad, y unas pequeñas termas próximas. Al este de la ciudad se encuentra la puerta monumental, estaba flanqueada por dos torres que han sido reconstruidas con una discutible estética moderna, con el fin de evitar confusiones y así poder distinguir lo nuevo de lo original. El efecto estético lo dejamos al criterio del visitante. Es muy posible, debido a la configuración del terreno, que fuera la puerta principal de la ciudad al ser el lugar más accesible para los carros.

El foro es por el momento el elemento más destacado del yacimiento. Se construyó en el siglo I d. C., durante el gobierno del emperador Tiberio. Como en cualquier ciudad romana, la plaza pública principal se encontraba situada en su centro, en el lugar donde se cruzaban el cardo y el decumano máximos. Fue descubierta durante las excavaciones de los años 2009 a 2010. Con unas dimensiones de algo más de 500 metros cuadrados, es de planta prácticamente cuadrada. Su importancia reside en que se ha conservado buena parte del pavimento, construido con grandes losas calizas de gran dureza y similares a las encontradas en la ciudad romana de Córdoba. Allí se hallan los restos de una inscripción, realizada con letras de bronce doradas, que hacen referencia al personaje de costeó la pavimentación del foro: Marco Junio Marcelo. El bronce había sido expoliado, pero la inscripción ha podido ser reconstruida parcialmente gracias a las marcas conservadas en el suelo. En sus laterales se conserva un canalillo perimetral que se usó para mantener seca la plaza, al conducir el agua de lluvia hacia la cloaca que hay debajo del cardo.
Alrededor de la plaza se distribuían los edificios más importantes de la ciudad. Al norte existía un pórtico con columnas, donde se han restituido copias de tres estatuas, una de ellas thoracata (con vestidura militar romana), posiblemente de representa a Tiberio. No se puede saber con seguridad al haberse perdido su rostro, ya que sólo se conserva el torso. La flanquean dos estatuas, una femenina y la otra de un varón togado. En ambos casos han perdido también la cabeza, en la actualidad los originales se encuentran en el museo de Baena. A su derecha hay un espacio rectangular que pudo albergar a los dos duunviros que administraban el municipio. A la izquierda del pórtico se encuentra el acceso norte del foro.

Al este de la plaza se encuentran los restos de un único edificio, la basílica. Un edificio de uso civil usado para juicios, actividades comerciales y financieras, o simplemente para la reunión de los ciudadanos. Era indispensable en todas las ciudades romanas. En Torreparedones es de planta rectangular con tres naves con cuatro columnas en cada uno de los lados menores y dos filas de ocho columnas en los de mayor longitud. Se han conservado los pilares que sustentaban las 20 columnas que rodeaban la nave central. La superficie es de aproximadamente 350 metros cuadrados, con su lado mayor dispuesto en sentido norte-sur, cerrando la plaza por la parte oriental, quedando justo enfrente del templo. Al fondo poseía una dependencia cuadrangular abierta, en simetría con el acceso principal. Seguramente alojaba una estatua imperial que presidiría el espacio. Tenía tres puertas que se abrían al foro, la central más ancha y con dos peldaños. Tuvo dos plantas que no se han conservado, la primera de orden jónico y la segunda con capiteles corintios.
Por la puerta de acceso del lado sur se llegaba a otro pórtico rectangular, con columnas y adornado de estatuas, de casi la misma longitud que el largo de la plaza. En su costado oriental se conservan restos de una dependencia situada a los pies de la basílica, que pudo haber sido utilizada por los ediles.
