Teatro romano de Guadix
El teatro romano de Guadix, la antigua Colonia Iulia Gemella Acci, ha sido descubierto recientemente, en el año 2007, en el centro de la ciudad y muy cerca de la Catedral. Era una zona sin edificar, próxima a la antigua muralla donde se pretendía hacer un aparcamiento. Pocos años después de su aparición realizamos un viaje a la zona, pero lo descubierto en aquel momento aún no era suficiente para indicar la importancia que tiene el edificio.
Los trabajos se centran en la actualidad en una zona todavía no visible en su conjunto, en el pórtico post escena. Es el espacio que según lo investigado mejor se conserva, ya que al ser una zona más baja que el resto del teatro, quedó anegado y en parte colmatado por el barro. Además, en parte, se libró del expolio. Ahora ya nos podemos dar una buena idea de la importancia del conjunto, que ocupa unos 6.000 metros cuadrados y del que hemos podido realizar unas fotografías desde la torre de la Catedral.
Es un gran conjunto monumental erigido posiblemente en la primera mitad del siglo I d.C., que aprovecha el desnivel del terreno en las afueras de la primitiva ciudad. Debió estar activo al menos durante doscientos años.
Los sillares fueron sacados de canteras próximas, al igual que los mármoles, posiblemente traídos de la sierra de Filabres en Almería.
Algunas piezas sacadas de la excavación, incluyendo basas y fustes de columnas, se encuentran colocadas en la zona más próxima a la catedral. Es muy posible que parte de ellas puedan ser reintegradas en su lugar correspondiente, cuando todos los restos salgan a la luz y comience la restauración del teatro. Deberá ser muy limitada debido al gran expolio sufrido en épocas anteriores.
La cávea se encuentra en peor estado de conservación que en la mayoría de los teatros, por desgracia no estaba tallada en roca sólida y las piedras del graderío se aprovecharon en la muralla islámica, que se remetía en él. No obstante, sus restos se aprecian perfectamente y podrían hacerse más claros en una futura restauración que no falsifique las ruinas, como la realizada en el teatro de Clunia, construyendo bancos de madera. Se dividiría en tres niveles, que como es conocido se ocupaban según la importancia social de espectador, colocándose los esclavos en la parte más alta y alejada del escenario. Su parte inferior, la única parcialmente conservada, tendría 14 gradas de asientos y cinco escaleras de acceso.
A pesar de su mal estado de conservación, siguiendo las proporciones de la arquitectura vitrubiana, el graderío del teatro tendría un perímetro exterior de aproximadamente 73 metros. Estas dimensiones indicarían un aforo de unos 4.000 espectadores.
La orquesta tiene una anchura de 3,3 metros, es de planta semicircular y está perfectamente conservada, manteniendo su pavimento de piedra original que estaría recubierto por losas de mármol de las que sólo se han conservado pequeños restos.
El proscenio se puede ver con claridad, con unos 38 metros de largo por más de 8 de anchura, elevándose cerca de 1,40 metros sobre el suelo de la orquesta. Se han encontrado restos de tres capas de pintura, la última realizada en una renovación en el siglo II.
La escena fue lo primero que apareció al iniciarse las obras del aparcamiento subterráneo, tiene con unos 49 metros de largo y 5,58 de ancho. El frente escénico está prácticamente desaparecido, conservándose algunos restos.
El pórtico post escena merece una mención especial. Es, como hemos indicado, la parte que mejor se conserva. Fue construida como un amplio rectángulo de 48,64 metros por 31 de ancho. Su anchura podría ser algo mayor, debido a que las excavaciones continúan en esa zona. Sufrió una importante inundación antes de terminarse y nunca se realizó el proyecto original. Sus muros alcanzan más de cuatro metros de altura. Por desgracia no podemos indicar nada más, pues es la zona en la que ahora se está trabajando y aún no está excavada. No obstante, se trata de un espacio que o no existe o no se ha conservado en la mayoría de los teatros, de ahí su importancia. Tras el abandono, en el siglo tercero y aprovechando un canal que se construyó para regar los jardines, se edificó en esta zona un molino que aprovechaba la fuerza del agua. El canal recogía también el agua de la galería subterránea de drenaje, que venía desde debajo de la orquesta y que aún se conserva y ejerce su función.
Sólo hacer constar que hay buena información en el folleto Teatro Romano de Guadix publicado por su Ayuntamiento y en el que ha colaborado Antonio López Marcos, arqueólogo que lleva a cabo la dirección de los trabajos.