Embalses romanos en Hispania

Fecha publicación: 26-12-2020

Un embalse es una obra destinada a conseguir una acumulación de agua que da lugar a un lago artificial. Para ello se construye una presa a través del cauce de un río que permite dicha acumulación. Los romanos no destacaron en este tipo de obras hidráulicas porque el cálculo de los perfiles de presas más eficaces para almacenar cantidades importantes de agua no estaba a su alcance. Por otra parte, las técnicas constructivas son muy complejas, sobre todo en lo referente al anclaje de los estribos o el vaciado de tierra para la cimentación. Como consecuencia de todo lo anterior, el número e importancia de las presas romanas no son comparables con el resto de sus obras hidráulicas.

En Hispania se conocen, tanto por restos físicos como por referencias bibliográficas, 73 obras que pueden confirmarse de autoría romana. De ellas se pueden identificar 20 presas y 25 azudes de derivación. Estas obras se datan entre los siglos I y IV. Las zonas donde se ha encontrado una mayor concentración son el entorno de Cesaraugusta (Zaragoza), el de Emerita Augusta (Mérida), el de Toletum (Toledo) y la cuenca media del Guadiana.

Las primeras presas, de tamaño reducido y bastante numerosas, estaban destinadas a disponer de suficiente cantidad de agua para el riego. Posteriormente, y como consecuencia del aumento de población en las ciudades, fue necesario disponer de agua para el abastecimiento de agua potable mediante presas de mayor tamaño en las que hubo que instalar torres de toma de agua. Muchas de éstas últimas entrarían en la actual definición de “gran presa”: presa de más de 10 m de altura y/o vaso de más de 1 hm3 de capacidad. Otra de las funciones de los embalses era atenuar las consecuencias de las crecidas de los ríos. Una característica de las presas romanas es la casi ausencia de aliviaderos.

Las presas romanas más antiguas, posiblemente basadas en presas etruscas, eran de pantalla vertical, protegida por un terraplén o espaldón de tierra adosado a la cara de aguas abajo (ver fig. 1). Este tipo de estructura se empezó a utilizar en la construcción de murallas en las que se buscaba la estabilidad y resistencia estructural del conjunto fábrica-tierra. A partir de este diseño la pantalla vertical evolucionó hasta una estructura de núcleo-pantalla (ver fig. 2) formada por tres capas: una zona interior de hormigón de cal (opus caementicium) situada entre dos muros de mampostería (opus incaertum). En algunas ocasiones, el muro de aguas abajo estaba revestido con sillería (opus cuadratum), generalmente de granito o caliza. El opus caementicium estaba compuesto por fragmentos de piedras que se colocaban entre los muros y sobre los que se vertía un mortero de agua, arena y cal.

Embalses romanos en hispania. Figura 1
Figura 1.
Embalses romanos en hispania. Figura 2
Figura 2.

Vamos a describir a continuación algunas de las presas más significativas.

Presa de Almonacid de las Cubas (Zaragoza)
Esta presa, construida en tiempos de Augusto, tiene una estructura de núcleo-pantalla reforzado de 34 m de altura (es la mayor de las presas que se conservan). La presa definitiva de construyó sobre otra anterior que resultó destruida en su parte central por defectos en el diseño. Para evitar nuevos desastres, la nueva presa se sobredimensionó hasta alcanzar los 34 m de altura y una anchura de 40 m en la zona de cimentación. Se la dotó de un núcleo de hormigón de 2,7 m de espesor. Los muros de mampostería se hicieron de doble espesor, 3,7 m el de aguas arriba y 4,6 m el de aguas abajo que además fue reforzado con un muro de mampostería de 9 m, revestido por placas de caliza en hiladas horizontales (opus vittatum).

Las grandes crecidas del río Aguavivas, que causaron la rotura de la presa primitiva, causaron también daños, aunque de menor importancia, en la nueva presa, obligando a efectuar reparaciones en época de Claudio (41-68) y de Trajano (98-117). La gran cantidad de sedimentos arrastrados por las crecidas fue aterrando el embalse que cada vez almacenaba una menor cantidad de agua, obligando a su recrecimiento. El embalse se encuentra actualmente totalmente colmatado de sedimentos y sólo cumple su función como azud de derivación, aunque no deja de ser admirable que todavía se mantenga “en activo” después de dos mil años.

Presa de Proserpina (Mérida)
Esta presa, construida en el siglo I d.C., sigue en servicio aunque ha pasado de ser un embalse de abastecimiento a ser una zona de recreo, después de una rehabilitación en la que se extrajo una gran cantidad de sedimentos que, para sorpresa de todos, estaban constituidos, no por arenas o limos, sino por esqueletos de diatomeas (algas microscópicas unicelulares). Su capacidad de almacenamiento es de 6 hm3.

La presa es un muro de fábrica (muro-pantalla) con sección trapezoidal y 5,9 m de espesor en la zona de cimentación y 3,2 m en coronación, al que se adosa aguas abajo un espaldón de tierra. Los dos muros de fábrica son de sillería de granito, con sillarejo o mampostería en algunas zonas. El relleno es de hormigón de cal. La presa tiene una altura de 26 m y su planta está formada por tres alineaciones rectas, inclinadas en sentido de aguas arriba 160º y 175º (ver fig. 3) con una longitud total en coronación de 428 m. El paramento de aguas arriba es vertical en los seis metros inferiores e inclinado el resto (talud 1:10). Tiene nueve contrafuertes de sección rectangular en la base y semicircular en su terminación, colocados de forma irregular. El paramento de aguas abajo es vertical y en él se colocaron 16 contrafuertes de mampostería de 3 m de longitud y 1,4 m de ancho, con una separación de 6 m entre ejes. Estos contrafuertes tienen dos metros menos de altura que la presa.

Embalses romanos en hispania. Figura 3
Figura 3.

Siendo su función original el abastecimiento de agua a la ciudad de Mérida, fue provista de dos torres de toma de agua de sección cuadrada y 5-6 m de lado. La toma se efectúa a través de tubos de plomo de 22 cm de diámetro.

Embalse de Cornalvo (Mérida)
Esta presa presenta una variación muy interesante con respecto a las presa de núcleo-pantalla tradicionales. El muro de la presa se construye partiendo de una base de grandes dimensiones en la que se edifica una red ortogonal de muros que conforman una cuadrícula de cajones que se rellenan con un mortero de piedra y barro. A pesar de ello se sigue reforzando con un espaldón de tierra aguas abajo. Se construyó en el siglo I d.C. Su sección es trapezoidal con 17 m de altura y 3, 75 m de anchura en coronación; en planta su longitud es de 550 m.

Embalse de Alcantarilla (Toledo)
Tenía esta presa una altura de 14 m y una anchura de 3,2 m en coronación con un talud de 3:1. Su capacidad era de 3,5 hm3.

El muro se derrumbó en el siglo VIII y actualmente se encuentra en ruinas. Según se deduce de los estudios efectuados estando vacío el embalse, el espaldón de tierra se empapó de agua debido a unas fuertes lluvias y ejerció un gran empuje sobre el muro. Al no existir el contraempuje del agua del embalse, el muro se derrumbó hacia el interior del embalse, conservándose sólo la zona de los estribos. Desde tiempos inmemoriales sus sillares han sido rapiñados y reutilizados en otras construcciones.

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